El hecho de que las mujeres no formamos parte activa de la historia no es ningĆŗn secreto. Fe de ello dan los documentos escritos desde el fin de la Prehistoria, allĆ” por Mesopotamia. Desde entonces hasta ahora, queriendo entender por āahoraā el fin del segundo milenio de nuestra era, la mujer es la gran ausente en los procesos de cambio, progreso o retroceso en las distintas etapas. No participaron en grandes ni pequeƱas gestas, no pensaron, no escribieron ni dejaron huella de su propia existencia. Nunca tuvieron nada que decir ante ninguna situación, en ninguna de las Edades que se han ido sucediendo a lo largo de los siglos. Esta es la realidad que nos dan a entender la gran mayorĆa de libros de texto, documentales y fuentes de información en general. Obviamente Ć©stos han sido elaborados o recopilados por alguien, por lo tanto esta es la realidadā¦Ā ĀæSEGĆN QUIĆN?
Tras haber descrito brevemente este panorama, me viene a la cabeza una pelĆcula en la que todos los personajes habĆan creĆdo una historia cuyos acontecimientos definĆan y daban sentido a su propia existencia. Todo lo que estos personajes eran y a lo que se dedicaban, es decir, su propia identidad y sus roles habĆan surgido de aquella historia trasmitida de generación en generación. Eran los hechos recogidos e ilustrados en los libros desde tiempos casi inmemoriales, ĀæquiĆ©n los iba a cuestionar? Cada vez que a alguien no le cuadraba algo en la historia acudĆa a consultar los escritos, en los que encontraba una y otra vez la misma explicación llena de contradicciones. Y lo que ocurrĆa (es algo que se desvela pronto en la pelĆcula) es que lo contado no era cierto. La verdad es que habĆa sido relatado por unos pocos que, aprovechando que aquel dĆa eran los que libraban la batalla, decidieron contar sucesos sabiendo que esto les situarĆa en las altas esferas del poder. En esta pelĆcula, llega un dĆa en que a la vampiro Selene ya no le bastan las respuestas de los libros y trasmite sus dudas a uno de los lĆderes, quien la deja boquiabierta cuando le responde que esa es la verdadera historiaā¦Ā ĀæSEGĆN QUIĆN?
Esta es la clave en todas las historias, quiĆ©n las cuenta, quiĆ©n las escribe y, lo mĆ”s importante, quĆ© situaciones son las que permiten a estos narradores acceder a esa posición. En la pelĆcula los lĆderes llegan a serlo manipulando el resultado de una batalla a su conveniencia, aprovechando que solo los interesados en mantener la verdad en la sombra eran conocedores de la misma. De esta manera, los vampiros mayores habĆan continuado lĆderes de los suyos en el eterno enfrentamiento contra los licĆ”ntropos, desde que Ć©stos se habĆan liberado de sus cadenas de esclavos (esta parte se cuenta en otra pelĆcula de la saga). De la misma forma en la vida real, en la historia de la humanidad, los lĆderes y los narradores de la misma tambiĆ©n pertenecĆan al mismo grupo. Ellos han sido los protagonistas en todos y cada uno de los acontecimientos que han llevado al ser humano a ser lo que es hoy, y asĆ lo reflejan los documentos que ellos mismos han escrito. Es indudable, llegados a este punto, que la Historia que conocemos, que estudiamos y que todos interiorizamos como verdadera es la historiaā¦Ā ĀæSEGĆN QUIĆN?
CentrĆ”ndonos en nuestra historia, la de todos los seres humanos, ĀæquiĆ©n serĆa capaz ahora mismo de nombrar a dos filósofas? ĀæY a dos filósofos? QuizĆ” la filosofĆa es un Ć”mbito demasiado enrevesado, ĀæquiĆ©n podrĆa citar a dos cientĆficas? ĀæY a dos cientĆficos? Bueno, la ciencia es un campo que a lo mejor no ha dado para muchos estudios. Vamos a intentar poner un ejemplo accesible a todo el mundo. Pensemos en dos reinas espaƱolas y luego en dos reyes espaƱoles. Creo que este experimento es lo suficientemente ilustrativo: todos conocemos a mĆ”s hombres protagonistas que mujeres protagonistas en la Historia. Y la razón de esta realidad es que fueron ellos los que se hicieron con la posición de lĆderes prĆ”cticamente desde el principio de las sociedades y, al igual que los vampiros mayores, consiguieron perpetuarla hasta hoy. Y, por supuesto, tambiĆ©n fueron ellos los encargados de dejar por escrito la historia, aprovechando su posición de lĆderes para empujar a las mujeres a otras tareas. Para hacerles inaccesibles los roles que a ellos les interesaba mantener para con ellos mantener el poder. Aun asĆ muchas de ellas lograban ser escritoras, filósofas, cientĆficasā¦pero a ellos Āæpor quĆ© les iba a interesar destacar esta labor? No les interesaba bajo ningĆŗn concepto que se pudiera poner en entredicho su supremacĆa. La primera gran cuestión es el motivo de esta carrera de obstĆ”culos para las mujeres, Āæuna verdadera conciencia reforzada durante siglos de que la mujer era menos capaz? Ellas demostraban con sus trabajos y con la superación de muchos obstĆ”culos que no lo eran. No hay muchas mĆ”s opciones que sirvan como explicación y la mĆ”s acertada es el miedo a perder la posición de supremacĆa. TambiĆ©n los vampiros mayores sabĆan que sin ocupar ese lugar privilegiado, no habrĆan podido mantener en la esclavitud tanto tiempo a los licĆ”ntropos, ni mĆ”s tarde haber conseguido que todos los vampiros los percibiesen como una especie salvaje. Demostraban el mismo miedo que los hombres en nuestra historia.
Tanto miedo que se empeƱaron y aĆŗn se empeƱan en aparecer como los Ćŗnicos y verdaderos protagonistas. Consiguieron y siguen logrando el apoyo incluso de algunas mujeres. Insistiendo en afianzar la idea de que ellas son mĆ”s dĆ©biles, incapaces para el mando e incluso para emitir opiniones o aportar ideas dignas de ser tenidas en cuenta. Dignas de ser recogidas por escrito. Como si fueran seres humanos con menos capacidades que los hombres, no sólo fĆsicas sino tambiĆ©n y mĆ”s importante, intelectuales. Empezaron a hacerlo y continuaron haciĆ©ndolo durante siglos, perpetuando esas ideas y actitudes en hijos e hijas, empeƱƔndose en introducirles ideas preconcebidas sobre sus capacidades, posibilidades y pasos a dar en sus vidas. La segunda gran cuestión es en quĆ© momento se reconocerĆ” la verdad, al igual que en la pelĆcula se termina aceptando que Lucian el lĆder licĆ”ntropo no murió en la gran batalla, como todos creĆan desde hacĆa siglos. No sólo no habĆa muerto sino que se hacĆa mĆ”s fuerte desde el dĆa en que animó a los suyos a liberarse de las cadenas. Porque, aunque eran conscientes de su posición de infravaloración y represión, tardaron en tomar conciencia como colectivo maltratado y en revelarse contra la opresión a la que los sometĆan los vampiros. Pero llegó un dĆa en que se hartaron de ser golpeados, asesinados y menospreciados y se levantaron todos juntos en otra pelĆcula de la saga, la que muestra la rebelión de los licĆ”ntropos. |
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